¿Qué es el puzzle 3D?
Los puzzles 3D a diferencia de los puzzles convencionales se componen por una serie de piezas que al ser unidas correctamente forman un modelo tridimensional. Este tipo de juegos son una forma diferente de entretenimiento, montar un puzzle en 3D permitirá a los más pequeños cambiar las aburridas tardes en casa por tardes de diversión, además de pasar un buen rato con familia, amigos o amigas.
Este tipo de juego destaca por su facilidad de montaje, no es necesario utilizar pegamentos ni tijeras, además de su capacidad para mejorar la lógica y desarrollar habilidades manuales.
Los puzzles 3D tienen un grado adicional de complejidad. Los niños y las niñas tendrán que utilizar su imaginación y su visión espacial para recrear en su mente la figura que quieren construir. A pesar de la dificultad añadida de la tridimensionalidad, la diversión está asegurada.
Los materiales con los que están fabricados los puzzles 3D pueden ser diversos, pero los más comunes son de cartón, madera y plástico.
Principales beneficios
Entre los principales beneficios que ofrecen los puzzles 3D para niños y niñas:
- Ayudan a mejorar su memoria visual y concentración, los más pequeños se fijan en el modelo e intentar unir las piezas mirándolo el menor número de veces posible. Para construir el puzzle 3D, se abstraen de su entorno y ponen toda su atención en dicha tarea, mejorando así su capacidad de concentración.
- Mejora su autoestima y su capacidad para resolver problemas de forma razonable. Resolver puzzles cada vez más complicados proporciona a los pequeños una sensación de orgullo y superación.
- Desarrollan el pensamiento lógico y mejora la psicomotricidad fina. Para montar el puzzle los pequeños deberán analizar y pensar de forma lógica las diferentes posiciones en las que pueden ir las piezas.
- Ayudan a desarrollar paciencia y aprenden a manejar la frustración: los puzzles son un desafío para los niños y las niñas, les permite desarrollar la paciencia y resolver los obstáculos manejando la frustración
- Fomentan las habilidades sociales o de cooperación: Este tipo de juegos permiten cooperar y trabajar en equipo.
Aprendizajes pedagógicos de los puzzles 3D
Además una vez finalizado el puzzle 3D se puede utilizar como pieza decorativa. Así, cada vez que el niño o la niña vean el puzzle terminado expuesto en alguna estantería, se sentirán orgullosos/as por el trabajo realizado.
Este tipo de juego representa desafíos mentales ya que estimula la capacidad de concentración y la memoria, lo que ayuda a aumentar la rapidez mental en los procesos de pensamiento.
Cuando un niño o una niña empieza a construir un puzzle, debe buscar la forma adecuada de encajar cada pieza, ya que se le presentarán diferentes opciones y solo existe una solución posible.
Este tipo de rompecabezas mejorará su planteamiento lógico. A su vez también mejora el razonamiento visual y espacial, que es la capacidad que tienen los seres humanos para visualizar y distinguir entre distintos objetos de dos o tres dimensiones.
Esta capacidad es necesaria para la supervivencia y la utilizamos de forma cotidiana para ubicar objetos en cualquier espacio. Cuando los más pequeños empiezan a construir un puzzle, analizan las distintas piezas con diferentes formas. Están constantemente ejercitando la mente para averiguar cómo deben encajar cada pieza en un lugar exacto.
Los expertos coinciden en señalar que los puzzles tridimensionales o los puzzles en 3D favorecen el desarrollo de los peques desde su imaginación hasta su capacidad de razonamiento visual-espacial.
Sin embargo, es importante puntualizar que, a la hora de elegir un puzzle infantil, se deben de conocer las habilidades del niño o de la niña. A pesar de que todos los puzzles de La Tribu Educativa vienen con la edad recomendada por los expertos, es oportuno atender a las capacidades de cada niño y niña para regalar el puzzle.
Si el juego les resulta muy complicado se frustrarán y lo dejarán, mientras que si les resulta muy fácil también perderán el interés por el juego. En los puzzles para los más pequeños de la casa, por ejemplo, no se trabaja tanto la concentración sino que se trabaja más la cooperación, colaboración y el trabajo en equipo.
A partir de los 3 años, empezarán a montar puzzles más complejos pero con ilustraciones sencillas de distinguir. A partir de los 3 años los niños y las niñas ya pueden empezar a montar puzzles 3D.
A pesar de los valores pedagógicos que tienen los puzzles en los más pequeños, los puzzles pueden ser disfrutados tanto por niños como por adultos, y suponen un momento de tranquilidad, pausa y concentración.
